Marc Porat, el pionero de los teléfonos inteligentes, fundador y director ejecutivo de General Magic, en 1976 predijo que el futuro estaría definido por “máquinas de información, trabajadores de la información y empresas de la información”.

Actualmente sabemos que vivimos en una “sociedad de la información” y trabajamos en una “economía de la información”. Lo sorprendente es que a pesar de la inmensa cantidad de información, se vuelva difícil identificar estrategias específicas para crear valor con dicha información.

La tecnología por sí misma no es sinónimo de progreso, crear valor con la información es lo que constituye el progreso.

Sin embargo, cada dos o tres años se nos recuerda lo fácil que es destruir valor mediante prácticas deficientes de gestión de la información.

En el sector empresarial, el valor destruido por las malas prácticas de gestión de la información a menudo se mide en multas y pagos de demandas. Pero antes de que tales catástrofes salgan a la luz, ¿qué métricas se utilizan (o se deberían utilizar) para determinar si una empresa que cotiza en bolsa tiene en orden su sistema de gestión de la información? O al entrevistar a un posible nuevo empleado, ¿cómo se debe determinar si es un administrador de información competente y responsable?

Fue unos 10 años antes del cambio de siglo cuando la “información” (antes considerada “algo bueno” y universal) comenzó a ser percibida como un problema. Unos 20 años después de la invención de la computadora personal, la población en general comenzó a sentirse abrumada por la cantidad de información que se generaba. Prosperamos con la información, dependemos de la información y sin embargo, también podemos perdernos en ella. Tenemos a nuestra disposición más información de la que una persona podría esperar procesar.

Creando valor con información

Todos somos científicos de la información. Es posible que no tengamos títulos de una i-school ni seamos miembros de una organización comercial o profesional centrada en la gestión de la información, como la Association for Intelligent Information Management o ARMA, pero cada uno de nosotros crea, organiza, gestiona, almacena, recupera, y utiliza la información.

Una estrategia de información tiene que abordar varios desafíos fundamentales: cómo evitar que los períodos de atención finitos se sobrecarguen con información no deseada, y cómo evitar que la información personal y sensible se haga pública, sólo como un comienzo.

Los beneficios de elaborar estrategias eficaces de gestión de la información son realmente significativos.

Fuente http://cio.com.mx/redescubriendo-el-valor-de-la-informacion/