En los últimos años, miles de empresas a nivel mundial han aumentado de manera considerable sus inversiones en ciberseguridad, para defenderse de la también creciente ola de ciberataques que se registran a nivel global.

De acuerdo con una reciente publicación del sitio DiarioTI, la mayor inversión en sistemas de defensa para prevenir o mitigar ciberataques, va de la mano con el aumento del costo financiero de los mismos, como se informa en un estudio realizado por el Ponemon Institute en colaboración con Accenture.

Según el informe en cuestión, el costo financiero del cibercrimen para las empresas, aumentó en 27.4% en 2017, con respecto al costo financiero de los ciberataques en 2016.

El costo financiero de los ciberataques varía según la modalidad pero en términos generales, las principales afectaciones que sufren las empresas por cuenta del cibercrimen, se originan en malware, ataques a través de páginas web, denegación de servicios, filtración de información a través de empleados activos o antiguos ex empleados, código malicioso que abre accesos a las plataformas corporativas, phishing (una modalidad de la denominada ingeniería social), ransomware ( secuestro de plataformas o información), robo físico de dispositivos electrónicos, y los robots informáticos, conocidos también como botnets.

Parte del problema que están enfrentando las compañías a nivel global, es no saber cómo invertir apropiadamente sus recursos para defenderse de los ciberataques.

Para contrarrestar las inversiones inapropiadas, las organizaciones deben evaluar a profundidad el tipo de ataques a los que son más susceptibles, y consecuentemente, implementar programas que permitan equilibrar la relación costo-beneficio de sus sistemas de protección. Es necesario pensar en una estrategia de ciberseguridad donde las organizaciones puedan abordar estas amenazas en constante evolución tomando medidas para proteger a sus empleados, clientes y ciudadanos a largo plazo. Construir y mantener una ciberdefensa que se mantenga al día con el panorama emergente de la amenaza, es un reto.

Esta es una tarea que deben realizar los departamentos de TI de las organizaciones, de manera conjunta con los departamentos financieros, teniendo siempre presente que un ciberataque puede resultar mucho más costoso que la prevención del mismo, sin tener en cuenta costos como la reputación propia de las organizaciones que es algo incalculable.

Fuente https://diarioti.com/opinion-costo-financiero-de-los-ciberataques-a-la-alza/106838