Ningún usuario de Internet está exento de sufrir algún incidente a causa de las amenazas cibernéticas actuales, cada vez es más alta la probabilidad de ser víctimas de la ciberdelincuencia, debido al creciente uso de la tecnología y a las atractivas ganancias que dejan este tipo de delitos.

A nivel global, hay una industria que crece a un ritmo anual de entre 400% y 500%: la del cibercrimen. Esta creciente amenaza ha ocasionado que, en los últimos cinco años, las empresas y negocios del país hayan incrementado sus esfuerzos en la implementación de medidas para enfrentar este negocio ilícito que, todo parece indicar, no se detendrá.

El mundo se hace más digital, lo cual significa que la superficie de ataque a los usuarios –no solo de las empresas y los gobiernos– se incrementa, es decir, están más expuestos a la ciberdelincuencia.

Las cifras de estos delitos seguirán creciendo porque los ciberdelincuentes emplean cada vez mejores técnicas, más creativas y eficaces, lo que vuelve prácticamente imposible estar protegidos frente a las distintas ofensivas. Dicho en otras palabras, las amenazas van evolucionando.

En el caso particular de México –noveno país más atacado del mundo y segundo en Latinoamérica–, entre octubre de 2018 y el mismo mes de 2019 se registraron 300 millones 868 mil 532 ataques por malware (programa o código malicioso), lo que muestra un incremento de 31% en dichos delitos, de acuerdo con datos de la firma de ciberseguridad Kaspersky.

En todos estos ilícitos los delincuentes tienen a su favor lo siguiente: 1) el anonimato; 2) como es difícil ubicarlos, los delitos que cometen en la web representan una actividad de bajo riesgo para ellos; y 3) las ganancias que obtienen son altamente rentables.

Actualmente, se estima que la industria del crimen cibernético vale más de 700 billones de dólares, aunque hay quienes dicen que su valor llega a rondar arriba de un trillón de dólares. Lo que es un hecho, como ya hemos apuntado, es que se trata de una industria en constante ascenso y de gran atractivo para los criminales de la web.

Ahora bien, ¿qué podemos hacer ante esta situación? ¿cómo podemos estar mejor preparados para contrarrestar los impactos de este tipo de crimen?

El primer aspecto es comprender que la inmunidad no existe en estos casos para ninguna organización. Muchas empresas utilizan la palabra blindaje como su aspiración de protección, pensando que ello significa “inmunidad”, pero esto no deja de ser solo una aspiración, porque la seguridad completa no existe o, al menos, no se sabe de alguna compañía que lo haya logrado.

Lo único que tiene seguro una empresa o cualquier usuario de la web es que, en algún momento van a ser atacados, y por eso deberían estar preparados para responder de la mejor manera posible, para minimizar el impacto del incidente que se haya presentado; a esto se le llama resiliencia.

Fuente https://www2.deloitte.com/mx/es/pages/dnoticias/articles/amenazas-ciberneticas-peligro-en-constante-evolucion.html