El ataque de ransomware WannaCry que tuvo lugar el viernes 12 de mayo de 2017, había alcanzado más de 200,000 equipos en 150 países para el lunes siguiente. Y aunque aún no se conocen todos los detalles del impacto, está claro que algunas organizaciones se han visto mucho más afectadas que otras.

En una publicación del sitio Strategy-Business, se destaca que la protección efectiva contra los ciberataques no solo tiene que ver con cuestiones tecnológicas concretas, sino también con una gestión proactiva de los riesgos.

En el futuro habrá más ataques de este tipo debido a la filtración de las técnicas y vulnerabilidades usadas para distribuir WannaCry. Por lo que en este momento, todas las compañías y organizaciones deben hacerse la misma pregunta, tanto si les afectó el WannaCry como si no: ¿Cómo podemos protegernos de ataques similares en el futuro?

A continuación, cinco claves para ello, incluidas en la publicación:

  1. ‘Higiene’ digital. WannaCry ha puesto de relieve la importancia de mantenerse al día con los avances tecnológicos. Microsoft lanzó en marzo de 2017 el parche de seguridad para la vulnerabilidad de Windows que explota WannaCry. Las compañías que lo instalaron estuvieron protegidas, pero muchas de las más afectadas empleaban software sin actualizar en sus sistemas operativos. Una buena higiene digital también incluye prácticas de seguridad rigurosas, por ejemplo, no limitarse a solo hacer la copia de seguridad de los datos de la compañía, sino comprobarla regularmente. Además hay que garantizar su seguridad, separándola de otros sistemas o redes, o de lo contrario también se corromperá.
  2. La habilidad para detectar comportamientos intrusivos. El error humano sigue siendo la principal forma de acceder a información privada. A menudo, los empleados exponen datos a una ciberamenaza de manera involuntaria; a través de un mail fraudulento u otras técnicas, dando así acceso a los atacantes a contraseñas y otras vías de entrada. Las empresas con prácticas eficaces en gestión de riesgos raramente filtran información delicada sin darse cuenta. Son especialmente cuidadosas y hacen que sea extremadamente difícil obtener los datos necesarios para tomar el control de un sistema. También trabajan en la detección, es decir, en aprender a reconocer el comportamiento de los intrusos y a aislarlos en tiempo real. Lo único que comparten abiertamente son los datos sobre los intrusos detectados. La colaboración entre profesionales de la seguridad de distintas compañías y organizaciones, es una de las mejores defensas contra el cibercrimen.
  3. Un diseño cuidadoso de la infraestructura de TI. Todas las empresas tienen activos de información especialmente valiosos: propiedad intelectual crítica, datos relacionados con el consumidor, datos financieros y otros recursos con valor estratégico. Estos deben ser protegidos de forma diferente al resto. ¿Cómo? Diseñando los sistemas TI en consonancia, y prestando especial atención a la cadena de suministro de información. ¿Cuáles son los vendedores, proveedores y socios con acceso a esos datos, y qué van a hacer para que estén a salvo? Una forma de hacerlo es replantear los controles de autenticación y seguridad, por ejemplo, en determinados escenarios puede resultar necesario introducir una autenticación doble, en la cual la contraseña debe combinarse con datos biométricos, pruebas de identificación o algún otro factor de autenticación.
  4. Planificación anticipada y simulacros. Del mismo modo que se desarrollan planes para inundaciones, incendios y otras emergencias, hay que prepararse para los ciberataques con antelación. Los planes deberían concretar cómo se responderá en caso de ataque, y quién será responsable de cada práctica. Por ejemplo, quién notificará a los clientes si la información de sus tarjetas de crédito es robada, ¿el director de riesgos, el responsable de seguridad de la información, otro responsable? Para prepararse ante los ataques de ransomware hay que establecer una matriz de decisión. ¿Quién recuperará la información de la copia de seguridad? ¿Quién se comunicará con los secuestradores? ¿En qué circunstancias extremas (como amenaza de muerte) se puede estar obligado a pagar el rescate? Pensar en todo esto con antelación y practicar la respuesta es vital para saber qué hacer cuando estalla una crisis.
  5. Adopción temprana de la tecnología en la Nube. Los sistemas basados en la Nube se actualizan fácilmente y de manera automática, acumulan datos en tiempo real sobre los ataques, e incorporan restricciones internas que separan los niveles de software y bloquean las intrusiones para que no alcancen su objetivo. Esto les proporciona una ventaja sobre los sistemas de equipos en las propias instalaciones. También puede ser relativamente difícil para los intrusos aprovechar agujeros en la seguridad de una arquitectura basada en la Nube. Por ejemplo, a finales de abril de 2017, Google bloqueó un ataque de spear phishing (un intento de utilizar el correo electrónico dirigido a un público concreto para que estos envíen información comprometida). Las características de Gmail, basadas en la Nube, permitieron identificarlo rápidamente y aislar el malware.

Incluso al poner en práctica estas cinco recomendaciones, se debe mantener la búsqueda de una administración de seguridad adecuada para el perfil de riesgo tecnológico en cada negocio. Pero de cualquier forma, cuando dichas actividades se convierten en algo intrínseco en la compañía, la capacidad de resolver riesgos cibernéticos se volverá un activo estratégico y una ventaja competitiva para la empresa.