En esta historia de estafa se involucra a un club francés de fútbol, uno argentino y uno ruso.

Todo empezó en enero cuando se dio la noticia de la transferencia de Leandro Paredes del Zenit ruso al Paris Saint Germain. El acuerdo ascendió a 40 millones de euros y, según las normas de la FIFA, al primer club de Paredes, el Boca Juniors, le pertenece un porcentaje (aproximadamente un 3.5%), en concreto, 1,299,377.48 euros por los llamados derechos de formación.

El Paris Saint Germain y el Boca Juniors acordaron aplazar el pago en tres cuotas. La primera, de 519,750.99 euros, prevista para el pasado 6 de marzo; la segunda, de 259,875.50 euros, para este agosto y la última, para agosto del 2020. Pero nada de esto sería noticia de no ser por un pequeño problema: el club argentino nunca recibió los casi 520 mil euros.

Las partes involucradas empezaron a formalizar los detalles de la primera transferencia inmediatamente después del acuerdo, el mismo mes de enero. Pero el 12 de marzo, 6 días después de la fecha prevista, el Boca Juniors seguía sin recibir su dinero.

El 18 de marzo, el club francés afirmó que el pago estaba en camino, el 22 enviaron vía correo electrónico un comprobante para confirmar la transferencia internacional. Según sus estimaciones, el club argentino recibiría el dinero en el plazo máximo de una semana.

Pero el tiempo el dinero nunca llegó. Los clubes siguieron intercambiando correos electrónicos de manera relajada, hasta que el club argentino amenazó con presentar una queja ante la FIFA. Los franceses insistieron con que el pago se había realizado según lo previsto y, aún más, les figuraba como acreditado.

Tras analizar los documentos que confirmaban la transferencia, el Boca Juniors descubrió que su dinero había pasado primero por una cuenta bancaria de Nueva York que pertenecía a una empresa mexicana llamada Vector Casa de Bolsa y que luego se envió a México, esta vez a una cuenta bancaria de la compañía OM IT Solutions S.A. de C.V. No hace falta decir que el club argentino nunca había escuchado hablar de estas dos empresas.

Resulta que parte de los correos, supuestamente provenientes  del personal del Boca Juniors, presentaban ligeras modificaciones imperceptibles a simple vista. Una sola letra diferenciaba la dirección de correo electrónico fraudulento del legítimo. Naturalmente, las instrucciones que llegaron desde estas direcciones contenían datos falsos, lo que dio lugar a la desaparición del medio millón de euros.

El Boca Juniors presentó una denuncia ante la Justicia argentina, la investigación continúa a ambos lados del Atlántico. Según una de las versiones, los estafadores podrían haber accedido a la cuenta de correo electrónico de algún empleado de los clubes y, de esta forma, habrían conseguido toda la información necesaria para utilizar con tanta eficacia los métodos de ingeniería social para realizar la estafa.

Este no es un caso de estafa común, ya que los ciberdelincuentes lo tenían muy bien preparado. Ante esto, Kaspersky aconseja la formación del personal para desde un inicio conozcan qué tipo de trucos pueden utilizar los ciberdelincuentes.

Fuente https://latam.kaspersky.com/blog/boca-juniors-case/14628/?